El esquí de
montaña es una disciplina del alpinismo invernal que consiste en el ascenso y
descenso de montaña tiene como objetivo
hacer la ascensión y el descenso de un pico, una travesía o una excursión.Se
trata de un deporte de riesgo. Hace falta material y equipo específico, así
como una preparación física y capacidad técnica.lo convierte en uno de los
deportes más completos que existen, pues sus practicantes precisan de gran
variedad de perfiles atléticos:
La ascensión
con los esquís puestos, habilidad para desplazarse en el llano y saber
practicar el descenso en todo tipo de nieves y pendientes, además de ser buenos
alpinistas: conocer las características de la montaña invernal, sus peligros y
dificultades.
MATERIAL NECESARIO
Se requiere
de un material específico, como tablas, fijaciones o pieles de foca, y también
-debido a la incertidumbre que la propia práctica conlleva- es necesario contar
con un equipo mínimo que nos garantice un seguro desarrollo de la actividad.
Tablas
En función
del tipo de esquí de montaña que vayamos a practicar podemos elegir entre
varios modelos de tablas:
- Si queremos
realizar ascensos rápidos, estilo clásico de ascensión, necesitaremos esquís
ligeros y con diferencias de cotas menos pronunciadas: desde los 65 a 75 mm de
patín, de 95 a 110 mm de espátula y de 79 a 110 de cola, dándonos radios de
giros de 16 a 24 m en función de la altura y cotas que optemos.
- Si vamos a
realizar descensos en nieves profundas, necesitaremos un esquí más perfil
polivalente o freeride, nos encontramos con esquís menos ligeros, pero que nos
permiten más prestaciones y mayor disfrute en los descensos, obteniendo mayores
flotabilidad y capacidad de afrontar diferentes tipo de nieves con mayor
seguridad. Las anchuras de patín son más pronunciadas: desde los 70 a 95 mm de
los modelos más polivalentes, y de 95 a 120 mm los modelos más freeride.
Fijaciones
Lo mismo que
con las tablas, hay varios tipos de fijaciones en función del tipo de esquí que
vamos a practicar. Las más ligeras llevan sistema de fijación Dynafit (se conocen así, ya que fue esta marca quien
inventó y patentó este sistema), que suelen requerir un tipo especial de bota.
Suele utilizarse en competición.
También hay
fijaciones más polivalentes, que por norma general llevan una placa que unen la
parte trasera y delantera de la fijación, ésta a su vez pivota sobre el propio
esquí, lo que permite el avance de los esquís en la progresión en ascenso y el
bloqueo de la talonera en el descenso. Ambos tipos de fijaciones disponen de
complementos como frenos adaptables, más aptos para esquí en pista, o correas
de sujeción en el caso de esquí o descenso fuera pista para evitar la pérdida
del esquí en caso de caída.
Pieles de
Foca
Son unas
bandas de pelo que se colocan/pegan en la suela del esquí y que permiten el
deslizamiento en sentido de ascenso de la pendiente, produciéndose un agarre y
evitando así que el esquí se deslice hacia detrás.
Podemos
encontrar pieles de tres tipos:
- Pelo
sintético: muy polivalentes, bastante duraderas y muy buen agarre en nieves
duras.
- Mohair: un
tipo de lana de cabra, de pelo fino y largo: muy ligeras, ideales para nieves
frescas, pero en cambio en nieves duras, no muestran el mismo comportamiento.
- Mixtas: en
las que se combinan propiedades de ambos tipos de materiales. Las pieles de
foca son hidrófugas, repelen el agua, aunque en ocasiones, con nieves húmedas,
se pueden formar acumulaciones de nieve ("zuecos"); para evitarlo se
pueden encerar las pieles con ceras especiales.
A parte de
una sujeción mediante adhesivo a la suela, la piel de foca se agarra al esquí
solo en la punta mediante estribo simple (que puede ser metálico o de goma en función
de la forma de la puntera). O estribo doble con sujeción en la punta y cola.
Bastones
Es un
elemento fundamental en el ascenso. Nos ayuda a la hora de impulsarnos en la
pendiente para avanzar de forma más eficaz, y en el descenso proporciona un gran
punto de apoyo y pivotaje al realizar virajes en pendientes comprometidas. Hay
bastones telescópicos, de dos o tres tramos, que pueden llevarse plegados; y de
un solo cuerpo, tipo esquí de fondo, con una amplia roseta, que gracias a su
sistema de dragonera nos permitirá un mayor aprovechamiento en el impulso. La
medida suele ser un poco más larga que en esquí alpino para hacer una mayor
palanca.
Botas
La bota de
esquí de travesía tiene cuatro grandes diferencias respecto a una bota de esquí
alpino. La primera en relación al peso: la de travesía es más ligera que la de
alpino. La segunda es la dureza, ya que suelen ser botas con índice de flexión
más suaves. La tercera es la movilidad de la caña: la de travesía se libera
mediante un sistema cuando ascendemos para poder realizar el movimiento de
flexión del tobillo, y en el momento del descenso se vuelve a bloquear para
descender con mayor seguridad. Y la cuarta es la suela: la de montaña es de
goma tipo vibram, que permite la marcha en
situaciones
en los que los esquís tienen que ir en la mochila por falta de nieve. También
tienen diferentes tipos de cierres para inserción en fijaciones especiales.
Mochilas
Las mochilas
de esquí de montaña se caracterizan por los sistemas de transporte de esquís.
Bien en laterales, donde los esquís se disponen en forma de tejado,
convergiendo en las espátulas, o bien con sistemas rápidos en los que los
esquís se amarran a la mochila sin necesidad de quitártela. Las hay de
diferente volumen según la duración de la travesía: de 15 a 20 l, para
competición o excursiones cortas; de 25 a 35 l, para travesías medias, de una
jornada de duración; y a partir de 50 l, para travesías largas, de dos o más
días, con escalas en refugios.
Cuchillas,
piolet y crampones
Las cuchillas
son los crampones de los esquís, hay que ponerlos cuando la nieve está
demasiado dura como para que las pieles puedan agarrar. más de transporte de
esquís. Piolet y crampones los necesitarás en el mismo caso si no puedes
progresar con los esquís.
¡SOBRE TODO
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